El Mundo de la Energía
Viernes 26 Abril 2024 10:00:54 AM

Luis Oliveros: “El declive petrolero aceleró la llegada de la hiperinflación en Venezuela”

El economista Luis Oliveros coordinó el libro “La Industria Petrolera en la era chavista. Crónica de un fracaso”

Por Andrés Rojas Jiménez

El economista venezolano Luis Oliveros recuerda que la hiperinflación que afronta Venezuela se debe principalmente al financiamiento que el Banco Central de Venezuela ha otorgado para cubrir el déficit en las cuentas públicas de ese país e indica que buena parte de ese dinero se he otorgado a PDVSA para cubrir las pérdidas que afronta la empresa por la venta de gasolina.
“PDVSA tuvo que pedir prestado plata al Banco Central para financiar el hueco de caja que le deja el subsidio al combustible que nos regalan a los venezolanos”, alertó Oliveros. “El declive petrolero aceleró la llegada la hiperinflación que vivimos actualmente en Venezuela”, acotó.
Coordinó la publicación “La Industria Petrolera en la era chavista. Crónica de un fracaso”, editado por la Universidad Católica Andrés Bello con auspicios de la Corporación Andina de Fomento y la Fundación Konrad Adenauer; y el libro cuenta además del trabajo de Luis Oliveros, escritos de otros economistas y expertos en materia energética como Francisco Monaldi, Ramón Key, Claudina Villaroel, Diego González, Antero Alvarado, José Ignacio Hernández, Gorka Lalaguna y Asdrúbal Oliveros.

-¿Qué elementos tiene la industria petrolera en la era chavista que obliguen a decir que es la crónica de un fracaso?

-El desastre o el deterioro de la industria petrolera en Venezuela en estos últimos años es muy fácil de medir. Primero, tenemos que ver lo que ha ocurrido con la producción; segundo, la deuda financiera de PDVSA que se contrajo en los años de plena bonanza; y tercero, el manejo de los recursos petroleros de Venezuela por las potencialidades que tuvo. Cuanto uno analiza el modelo chavista de la industria petrolera, debemos comenzar por ver que cuando Chávez llega al poder en 1999 la producción estaba por el orden de 3,5 millones de barriles diarios, con un nivel de reservas de 70.000 millones de dólares, con una producción de crudos livianos y medianos muy superior al que tenemos actualmente que representaban entre 50% y 60% del total de la producción, una PDVSA sana desde el punto de vista financiero con una nómina que no llegaba a 50.000 personas y con un nivel muy elevado porque se trataba de una de las empresas más respetadas a nivel mundial. Cuando se hace el contraste con la actualidad, nos damos cuenta del mal manejo que se hizo de los recursos provenientes de esa bonanza petrolera que se recibió y que se fue del país como parte de la fuga o salida de capitales, en importaciones, corrupción. Hay un deterioro institucional muy grande. PDVSA tenía ciertos manejos independientes, se le tildaba de ser un Estado dentro del Estado, pero era una empresa transparente, había un contralor que vigilaba lo que hacía la compañía. Hoy la situación es diferente porque PDVSA se convirtió en un apéndice del Gobierno, ni siquiera del Estado; es una empresa mermada desde el punto de vista operacional, financiero y hasta ambiental porque PDVSA se ha convertido en una de las empresas que más contamina a nivel mundial cuando vemos la lista en la que la coloca entre las 10 compañías que más contaminan. El declive petrolero aceleró la llegada la hiperinflación que vivimos actualmente en Venezuela porque trajo una disminución en nuestros ingresos en divisas y eso hizo que el hueco fiscal se hiciera más grande.

-¿Por qué? ¿Cuál es ese vínculo entre la producción petrolera e hiperinflación?

-Todas las hiperinflaciones en el mundo se han generado por un déficit fiscal muy grande, que es financiada por la emisión monetaria del banco central. El hueco fiscal de Venezuela tuvo dos orígenes. En primer lugar, un gasto público muy elevado; y segundo, por una merma importante en los ingresos fiscales que vino junto a una caída de la producción petrolera. Venezuela tiene una caída en sus ingresos en divisas.

-¿Aún con los altos precios del crudo que se llegaron a tener hasta 2014?

-Aún con esos altos precios porque la caída importante de la producción empieza a ocurrir en 2012. Chávez recibió una producción en 3,5 millones diarios y la deja en 2,8 millones de barriles por día y  Nicolás Maduro en un primer momento la baja a menos de 2 millones de barriles diarios y esa disminución ocurre a pesar de que los precios estaban entre 40 y 50 dólares por barril que era un nivel aceptable. Ningún otro país petrolero afrontó los problemas que tuvo Venezuela. Esa caída en la producción petrolera ocasionó la reducción de los ingresos fiscales y eso se compensó con la emisión monetaria que hizo el Banco Central.

-¿Se refiere al financiamiento del Banco Central de Venezuela a PDVSA?

-Sí. En el último informe auditado de gestión de PDVSA, la empresa que hizo esa auditoría reconoce que para poder mantener el subsidio a la gasolina PDVSA tuvo que pedirle prestada plata al Banco Central y este tuvo que emitir dinero para financiar ese hueco de caja que tenía Petróleos de Venezuela para poder subsidiar el combustible que nos regalan a los venezolanos.

-¿Está hablando del informe del año 2016?

-Fue el último que publicó PDVSA. En ese mismo reporte aparece que el Banco Central financiaba el déficit de flujo de caja que tenía PDVSA. Allí tenemos las razones por las cuales Venezuela cayó en hiperinflación. Algo increíble en el mundo que Venezuela sea el primer país petrolero que cae en hiperinflación.

-¿Si no se logra recuperar la producción pareciera imposible reducir la inflación?

-Para recuperar la economía venezolana se tiene que recuperar la industria petrolera. Con eso no quiero decir que Venezuela vaya a ser país petrolera para los próximos 100 años pero en el corto plazo la única actividad que genera divisas importantes para levantar el aparato productivo, recuperar el nivel de importaciones, acomodar las finanzas públicas y tener inflación de un dígito es mediante la recuperación de la industria petrolera con el fin de generar divisas que es algo que necesita mucho al economía venezolana. Las personas que se lograron agrupar para este libro explican muy bien desde el punto de vista financiero, institucional, legal el deterioro que afrontó la industria petrolera y PDVSA en estos últimos años.

-¿Diría que desde el principio del gobierno del presidente Chávez se tomaron decisiones que auguraban el fracaso de la industria o se pudiera establecer diferencias?

-Sí. Desde que Hugo Chávez llega al poder tiene entre ceja y ceja hacerse del control de las instituciones en Venezuela. Llámese Banco Central de Venezuela y PDVSA. Hugo Chávez sabía que si controlaba PDVSA y al Banco Central iba a controlar la economía venezolana. Junto al tema del llamado “millardito” vino el tema de hacerse del control de PDVSA. Los cambios que estaba proponiendo Hugo Chávez junto a sus ideólogos fueron por el camino de controlar a PDVSA y de generar malas experiencias como la que vivimos actualmente. Eso se dio desde el primer día. Lo que se hizo con la Ley de Hidrocarburos de 200, luego cambiar los convenios operativos para llevarlo a empresas mixtas e igual ocurrió con las asociaciones estratégicas de la faja del Orinoco. Todos los movimientos que se hicieron dentro de la industria petrolera estaban encaminados a llevarnos al nivel que tenemos. Lo único que hizo que se tardara el deterioro fue que se tuvieron unos altos precios del petróleo por encima de 100 dólares por barril y eso permitió que se recibieran enormes cantidades de dinero que permitieron “baypasear” el deterioro que se vivía en la industria.

-¿Con precios más bajos la crisis se hubiera anticipado?

-Sin duda alguna.

-¿Las medidas que tomó el chavismo pueden ser corregidas?

-Sí, pero eso pasa por cambios radicales.

-¿Una nueva ley?

-No se tiene que ir a una nueva ley de hidrocarburos. Eso no lo digo yo, eso lo sostienen los representantes de empresas extranjeras petroleras como del gas natural que están en Venezuela. Lo que hay es que cumplir con la ley vigente, hacer las cosas bien, tener voluntad política y obsesionarse por elevar el nivel de producción petrolera. En Venezuela hay dos problemas que se deben corregir con obsesión: acabar con la hiperinflación  y en paralelo aumentar la producción petrolera. Aumentado con la producción petrolera se acaba con la hiperinflación, pero el tema es querer hacerlo. Ahora en una situación de default (incumplimiento) de deuda como se encuentra PDVSA y la República y con el nivel de sanciones que impuso Estados Unidos es prácticamente imposible lograrlo.

-Si mañana el gobierno de Nicolás Maduro dijera que le da mayor participación a privados o extranjeros en las empresas mixtas, ¿es factible recuperar la producción?

-Está llegando tarde a tomar esas decisiones pero hay que adoptarlas; y además se tiene que corregir el default porque se necesita un dinero que no tiene PDVSA ni la República. Se necesita que las empresas vengan nuevamente a invertir en el sector petrolero, se necesita que China vuelva a invertir y eso no se puede hacer mientras PDVSA se encuentre en una situación de default. A esa limitante se suma la de ocasionan las sanciones que son un obstáculo para que esas empresas puedan invertir. O se llega a una negociación política para que se puedan levantar las sanciones o que ocurra un cambio de gobierno. Si Maduro tuviera en este momento toda la disposición para cambiar las reglas de juego en el sector petrolero, con sanciones y default no lo podrá hacer.

-Hay personas que sostienen es una bendición lo que le pasa a Venezuela porque ya estamos en un escenario de economía post petrolera

-Para mí no es una bendición. Ahora sí vamos en vías a convertirnos en una economía post petrolera con los niveles actuales de producción si no se corrige esa situación. La producción petrolera está por debajo de 600.000 barriles diarios, estamos a niveles de Ecuador y cuando se saca consumo interno, lo que se le paga a China y a Rusia o lo que aún se envía a Petrocaribe, cada día es menos lo que se exporta de petróleo, pero el problema está en que Venezuela estaría entrando a esa era post petrolera sin un sector que compense ese nivel de generación de dólares y de ingresos en divisas. Si viéramos que Venezuela se preparó para estar en una era post petrolera como lo hizo Qatar o lo está haciendo Arabia Saudita, que tiene un plan 2030 para industrializar su economía y empezar a producir tecnología sería diferente. Venezuela se enteró que estaba en la era post petrolera cuando dejó de exportar petróleo sin un plan para eso sino debido al desastre macroeconómico y en el manejo de PDVSA. Para mí no es una bendición sino una mala noticia porque ese deterioro en la industria petrolera ha generado pobreza y problemas económicos sin precedentes y genera una diáspora muy grave para el país.
 

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PUBLICADO: 25 de noviembre de 2019
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